He estado entrenando durante algunos años y lo más importante que he aprendido, tanto para mí como para equipos de trabajo y para mis clientes, es que la confianza interior es la clave de todo.
Hay todo tipo de estrategias, formas de pensar, patrones de comportamiento y consejos prácticos para mejorar tu vida y sentirte mejor contigo mismo, pero todo es redundante si no tienes las bases.
Esa base es el verdadero tú, el tú que en el fondo sabes que eres. El truco es que se necesita confianza para encontrar eso y sacar a relucir quién eres.
Estas son las 3 claves para una verdadera confianza interior:
1. Conoce tus valores
Los valores personales son una gran pasión para mí y, a menudo, me dejo llevar cuando hablo de ellos. Sin embargo, no me disculpo por eso: son una de las cosas más importantes que puedes saber sobre ti mismo y son vitales para obtener una confianza interior genuina.
Tus valores están muy profundos dentro de ti, justo en el centro mismo de lo que eres; y son los bloques de construcción, los cimientos y las piedras angulares para ti. Un valor es algo en ti mismo, en los demás o en el mundo, que es importante para ti, y podría incluir cosas como creencias, progreso, familia, diversión, naturaleza, logros o libertad.
¿Por qué algunas personas y situaciones te dejan enojado, frustrado, desmotivado o desinflado? Probablemente porque uno o más de tus valores están siendo negados, suprimidos o reprimidos, y experimentas eso como una experiencia negativa porque está negando una parte fundamental de quién eres.
¿Conoces esos momentos en los que te has sentido realmente vivo, increíble o animado? Esos son los momentos en los que uno o más de sus valores están siendo honrados, y puedes obtener mucho más si vives de acuerdo con ellos.
Tus valores son todos tuyos, y pase lo que pase, nadie te los podrá quitar. Puedes tener absoluta confianza en ellos porque están allí todo el tiempo esperando que los notes y los uses. Cuando llegas a conocer tus valores, puedes comenzar a tomar decisiones y alinear tu vida en torno a ellos. Es tan simple y se siente increíble porque todo lo que realmente significa es que estás permitiendo que quien eres viva en el mundo real.
2. Ejercita tu músculo de la confianza
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La confianza es un músculo, y como cualquier músculo, necesitas ejercitarlo para que no se encoja ni se desgaste. El problema es que, a diferencia de los bíceps o los glúteos, que tienden a permanecer en el mismo lugar, el músculo de la confianza puede ser más difícil de encontrar.
¿Cómo desarrollas tus bíceps o reafirmas tus glúteos? Haciendo ejercicios que están diseñados para trabajar ese músculo durante un período de tiempo hasta que veas los resultados que estabas buscando.
Es lo mismo con la confianza. Digamos que eres el tipo de persona que no toma muchos riesgos, el tipo de persona que pasa cada día haciendo lo que debe hacerse y haciéndolo bien, pero sin esforzarse mucho.
Es posible que te convenzas de no hacer algo porque da demasiado miedo o porque piensas «No soy lo suficientemente bueno» o «Realmente no lo quiero de todos modos». Este tipo de personas viven dentro de lo que conocen y que los mantiene seguros y cómodos. Cuantos menos riesgos toman, menos confianza necesitan tener y, por lo tanto, menos confianza tienen.
Para trabajar tu músculo de la confianza, debes estar preparado para asumir riesgos, grandes o pequeños. Tienes que estar dispuesto a esforzarte en una dirección desconocida, probar algo nuevo o probar algo de una manera ligeramente diferente. Necesitas abrirte a las posibilidades que te rodean y esforzarte para aumentar lo que sabes, lo que haces y quién eres. Cuanto más abierto estés al riesgo más seguro debes estar y, por lo tanto, más confianza desarrollarás.
Ese es tu músculo de la confianza; la pregunta es, ¿qué vas a hacer para ejercitarlo?
Para trabajar tu músculo podrías comenzar haciendo algo de lo que SI sabes que eres capaz.
¡No eres excelente en todo, yo tampoco! ¡En algo te destacas! ¡Anótalo ahora! Organízate para practicarlo a diario. Si eres bueno en una actividad puntual puedes:
Estudiar y aprender más sobre esos puntos fuertes para poder DOMINARLOS. A esto llamo ESTRATEGIA. ¿Dónde puedes entrenarte? ¿Cuánto es el tiempo a dedicarle? ¿Tu entorno te acompaña en esta decisión?
3- Ganar confianza con estrategia y repetición.
Todos tenemos cierto porcentaje de inseguridad y de desconfianza. Y para poder trabajar sobre esos grados de negatividad que atentan contra nuestro éxito, te voy a hablar sobre 2 aspectos fundamentales que trabajo como Coach y Asesora de Imagen:
a) Una vez que identificas tus miedos y las actividades que te hacen sentir incertidumbre y desconfianza, puedes trabajar con frases opuestas a las que te dan esa desconfianza.
Por ejemplo: si te encuentras diciéndote “este proyecto es mucho para mí, no puedo planificarlo”, puedes comenzar a repetir a diario frases como: “en realidad todo lo que planifico tiene un sentido” “creo en mí” “soy una excelente profesional”.
Sé que puedes creer que esto es como un autoengaño. Pero no, porque las frases positivas tienen el poder de funcionar poderosamente a través de la repetición, y si te las dices constantemente, terminarás creyéndolas.
b) Presta atención a tu vestimenta, aunque te quedes en tu casa o tengas una reunión virtual, utiliza colores de poder y de energía.
El color tiene una influencia probada en el estado de ánimo del ser humano. Está presente todo el tiempo en nuestras vidas: en la decoración que elegimos para nuestros hogares, en el trabajo, y por supuesto, en nuestra apariencia.
Puedes vestirte con colores de poder/autoridad: negro, blanco, gris, azul, violeta, rojo y verde.
Y utilizar colores de energía y alegría: amarillo, rojo, púrpura, verde brillante, fucsia, azul eléctrico y naranja.
Afirma todos los días: ¡Soy una mujer con confianza y muy fuerte! y recuerda:
Recuerda: ¡TU VERDAD ES AQUELLA EN LA QUE CREES!
Nos vemos pronto!
Carina Strobietto
