En la búsqueda del equilibrio

Está comprobando que cada día hay más mujeres preparadas y decididas a desempeñar tareas de responsabilidad y que potenciar un liderazgo equitativo e igualitario es muy beneficioso para las organizaciones en todos los niveles. 

Quienes plantean llegar a ser madres y excelentes profesionales muchas veces cuentan con una autoexigencia que ellas mismas se imponen trayéndoles un alto nivel de estrés. Les hablaré de mi propia experiencia en este punto. 

En mis más de 24 años trabajando en organizaciones en un rubro principalmente masculino como es el de las TICs (Tecnología de la Información y Comunicación), me he enfrentado a varios retos personales y profesionales. Siendo madre y con responsabilidades regionales para Cono Sur, subirme a un avión era parte de mi rutina. Las preguntas típicas que me hacían eran: ¿Cómo haces para equilibrar tu vida personal y lo profesional? ¿Cómo haces con tu hija? ¿Con quién la dejas? 

Casi en automático contestaba que tenía todo organizado, que tenía un papá, y al mismo tiempo nunca se me hubiese ocurrido hacerles esta pregunta a mis compañeros hombres. ¿Por qué esta pregunta solo se la hacen a las mujeres?

Incluso fueron las mujeres las que me hacían estas preguntas con un prisma muy masculino de cómo se entiende el liderazgo y el equilibrio familiar. Para mí era casi un hecho que mis metas personales y profesionales estarían juntas y que no dejaría de cumplir ninguna.

Hace unos 8 años comencé a ser consciente de todo lo que hacía diariamente y en mi búsqueda por el equilibrio comencé haciendo una lista interminable de acciones, incluyendo las personales de autocuidado, desarrollo personal, hobbies, organización del hogar, viajes laborales, etc… En resumen, una lista detallada por horas a las que mi mundo me enfrentaba semana a semana. Allí pude comprobar la gran cantidad de tareas que sobrecargaba mi día a día. 

¿Pero todo esto era mi responsabilidad? ¿Es decir, todo estaba a mi cargo? ¿Qué podría delegar? ¿Qué estaba impuesto o se suponía que solo yo era capaz de hacer?

Es evidente que necesitamos un cambio social en donde comencemos a mirar diferente las responsabilidades a la que el estereotipo de mujer estamos acostumbrados, concluyendo que solo la mujer está al cuidado de los hijos. 

Veamos solo un simple ejemplo real sobre el peso de la responsabilidad familiar. En Argentina la licencia por maternidad cuenta con solo 3 días para el padre sobre los 90 días de licencia que tiene la madre. Esta realidad no solo está en las mentes de la mayoría de las mujeres que creen en una carrera exitosa y ven esto como una barrera, sino en las mentes de la dirección de las organizaciones.

He realizado una gran inversión de tiempo personal para entender qué camino quería recorrer en cada etapa y me he entrenado en nuevas habilidades.

Considerando que mi perfil es de la típica mujer Multitasking, he aprendido a convivir con 7 decisiones efectivas a la hora de equilibrar la carrera y mi vida personal. Comencé a entrenarme en mi autoconfianza, a ser consciente de mi propio entorno y dar prioridad a mis tiempos:

  • Saber delegar: la autoexigencia me llevó a tomar más trabajo. Delegar aquello que no podía hacer o simplemente no me gustaba ni me daba placer fue una de las mejores decisiones que he tomado, entre ello cuestiones relacionadas con mi economía personal y quehaceres domésticos.
  • Pedir ayuda: Pedir ayuda cuando lo necesité trajo grandes beneficios. Ser consciente que pedir ayuda era parte fundamental ya que me autoimponía tareas cuando realmente había recursos para realizarlas. Otras estaban relacionadas con el ocuparse de manera equitativa las responsabilidades de la familia. 
  • Decir que no: El saber decir no, nos permite desarrollar nuestra confianza en nosotros mismos. Esta habilidad me permitió tomar nuevas decisiones e incluso rechazar más trabajo regional. Me empoderó de una manera increíble permitiéndome dirigir mis metas desde otra perspectiva y mejorando mi calidad de vida.
  • Tener tiempo para mis pasiones: Amo pintar con oleo y lo hago desde los 8 años. Me apasiona sacar fotos, asesorar en colorimetría y crear oportunidades en otras personas. Y así es como en estos últimos 10 años elegí tener un tiempo para ellas y hacer de esto mi propósito en la vida.
  • Priorizar mi salud y autocuidado: priorizar mi salud sobre todas las cosas como parte de los 10 mandamientos que me propongo año a año y realizar alguna actividad física que me dé energía.
  • Tomar vacaciones: si algo he aprendido de mis padres, es que las vacaciones ayudan a reordenarte año a año, a tomar energía y disfrutar de la naturaleza. A esto le sumo minutos al día para respirar, meditar y crear.
  • Eliminar los pendientes: Para conseguir aumentar la productividad y gracias a realizar listas de tareas me daba cuenta que me quedaban entre 2 a 4 cosas pendientes. Esto aumento mi concentración en la eliminación de los pendientes y rediseñar gran parte de ellas.

Lo importante en mi propia búsqueda fue encontrar un equilibrio sincero de lo que podía o no realizar tanto en lo laboral como en lo personal, de darme cuenta cuáles eran y son mis prioridades, mis objetivos, pasiones y saber dónde están mis propias limitaciones y habilidades. Esto evidentemente reduce el estrés porque solo siendo consciente de estos pequeños y grandes cambios pude encontrar los mecanismos que me ayudaron a entenderme y a priorizarme. Hoy sigo entrenando éstos y nuevos cambios para mi mejor equilibrio energético.

¡Espero verte pronto! Carina

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